Y por fin... el pico San Millán
Ascensión al Torruco o pico San Millań (2131 msnm) en la sierra de la Demanda, desde el paraje de Zarcía en las cercanías de Pradoluengo hasta Pineda de la Sierra, junto al cauce del río Arlanzón
Tercera excursión de 2024, tras la agridulce caminata por el Cañón del Boj, donde el inundado cauce del río nos obligó a abandonar el track previsto y buscar una alternativa por terreno "seco" y la satisfactoria experiencia por la Sierra Pobre de Madrid, donde subimos los picos Peña Negra y Mondalindo en un día inmejorable. Una de cal y otra de arena para comenzar el año.
Y ahora, 5 años despues de nuestras traumatica experiencia en el monte San Millan, volvemos para conquistar nuestra montaña maldita, no sin un un intento fallido en el mes de enero por aquel inoportuno temporal de nieve. Pero esta vez la buena fortuna estuvo de nuestro lado.
Esta vez, con idea quizá de invocar a la buena suerte, hicimos la ruta en sentido contrario a la primera: en dirección suroeste, de La Rioja a Burgos, de Pradoluengo a Pineda de la Sierra.
Salimos poco antes de las 9 de la mañana desde el aŕea recreativa de Zarcía, tras un largo viaje de casi tres horas: 20 motivados sanbures a la conquista de la cima de Burgos.
Ya desde el principio el terreno se vuelve exigente: no en vano remontamos el caudaloso arroyo de Altuzarra que discurre por el barranco del mismo nombre. Pero el sofocón tiene su recompensa, caminamos atonitos por un frondoso hayedo de imponentes ejemplares,encontrando al frente varias altas cascadas, de aguas bravas y estruendosas. Un acierto como digo al hacer la subida en este sentido, al caminar río arriba y con los saltos de agua de frente.
Fueron dos horas de dura subida por el barranco salvando desafiantes desniveles, con algunas sencillas trepadas, pero al rato por fín salimos a cielo abierto, por el paraje de la Majada Garrula. Sonreímos a una perfecta mañana de primavera, soleada y calurosa; el día nada tiene que ver con la misma mañana de hace 5 años, donde no vimos el sol ni por asomo.
Continuamos remontando en zig zag hacia el suroeste, siguiendo escrupulosamente el track cargado en nuestros dispositivos gps, acercándonos paso a paso a la cuerda de la Sierra de la Demanda.
A las 11 de la mañana, cuando ya se va notnado el cansancio decidimos hacer la parada para el almuerzo: comemos, bebemos, descansamos y oteamos el horizonte apuntando al norte. Han sido unas 2 primeras horas de dura ascensión.
Tras reponer fuerzas a eso de las 11:40h seguimos nuestro camino. De nuevo nos toca afrontar una de los tramos duros de la ascensión, pues salvamos casi 300 metros desnivel hasta alcanzar la cuerda de la sierra de la Demanda. Nuestro capitán Vidal sufre un pequeño inconveniente y decidimos afrontar el resto de la subida con más calma.
Y ya pasadas las 13 horas hacemos cumbre sin mas percances. Nos recreamos un buen rato con las vistas, intercambiamos relajadamente impresiones sobre la subida y hacemos las acostumbradas fotografías de grupo, encaramados al vértice geodésico.
Al rato ya rodamos montaña abajo en dirección sur. En el picacho de los Tres Mojones viramos al suroeste directos a Pineda de la Sierra. Caminamos por fín relajados y con buen ánimo, pues la bajada es suave y la senda nos conduce rápidamente y sin pérdida a nuestro destino.
Son las 15:30 cuando llegamos al pequeño pueblo de Pineda. Tras dejar nuestros pertrechos en el autobus buscamos el río Arlanzón junto al puente, y nos damos un relajante baño para aliviar nuestros pies y quitarnos el sudor y el polvo del camino. Y sin mucho tardar nos dirigimos al restaurante La Casona a disfrutar de una suculenta (en verdad deliciosa y abundante) olla podrida que devoramos sin miramientos. Tras comer hasta saciarnos pasamos un buen rato de sobremesa: unos deciden tomar una copa tranquilamente, los sospechosos habituales juegan su obligada partida de mus y otros se entretienen en una visitar Pineda, admirando sus casas todas de piedra curiosamente decoradas, y buscando expresamente la Iglesia románica de San Esteban Protomártir con su galería porticada del siglo XII.
Y sin muchas ganas a las 18 horas iniciamos el largo viaje de vuelta a nuestros respectivos pueblos.
Una más en la mochila... ¡y una espina que nos hemos quitado! la ruta ha resultado exigente tras salvar 1100 metros de desnivel positivo, pero esta vez sin sufrir las penurias de la primera ascensión de hace un lustro.
¡Salud y montaña! ¡hasta la próxima!
D Alonso abril 24
¡Grande Juglar, espléndido relato... salud y monte!!!
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