Tierra de brujas y de hechizos.
Tierra de conjuros y aquelarres.
¡Tierra de Soria!.
Allá por los siglos XV y XVI la Santa Inquisición en su tribunal de Cuenca, al que pertenecía el obispado de Sigüenza, y por tanto Barahona, juzgó a las brujas de estas tierras por proclamar cosas como estas:
Danos un invierno con noches de luna,
que libres vaguemos al oscurecer,
que las largas noches den larga fortuna
a las buenas damas del buen Lucifer
Pues en sus páramos dicen que hacían aquelarres y juntas, incluso fiestas diabólicas o misas negras, no exentas de blasfemias ni disfrutes sexuales contrarios a la doctrina católica. ¿Fueron leyendas o verdades?
Huevos cocidos para nuestros maridos
Huevos asados a los enamorados.
Pero al carnero, para mí me le quiero.
Pero al carnero, para mí me le quiero.
Son tierras que a los de San Esteban, en general, nos resultan un tanto extrañas, pues nos pillan un poco a desmano. Sin embargo, si el otro día, en las Quintanas Rubias de Arriba, recordábamos a Guillermo García Pérez, hoy resulta obligado traer a colación a Gumersindo García Berlanga, autor del libro “De Barahona y de sus brujas”, pues en él quiso el Gumer acercarnos a la historia y a las historias de este lugar al que nos dirigimos hoy.
En él, además de descubrir el libro de la colección austral sobre “Las Brujas de Barahona” de Domingo Miras, podrás averiguar que hay una leyenda, relacionada con “La Varona” –muy apropiada para estos tiempos de tanta distinción de género-, que cuenta cómo María Pérez, haciéndose pasar por un varón más entre sus hermanos, logró capturar a Alfonso I de Aragón, a la sazón batallando con el rey de Castilla Alfonso VII. Hecho que hasta mereció la atención de Lope de Vega.
También hablamos en su día del campo de aviación que hubo en La Rasa cuando visitamos sus manzanos. Pues bien, el campo de las Brujas de Barahona, donde otrora se invocase al macho cabrío, sirvió, durante la guerra civil como campo de aviación a las tropas republicanas, desde el que bombardear Sigüenza.
Sea como fuere, el Gumer nos recuerda que por esta ruta romana de Ocilis (Medinaceli) a Uxama, que pretendemos recorrer, han transitado antes que nosotros personajes principales como Ortega y Gasset, Pío Baroja, Benito Pérez Galdós…
Vamos hoy al encuentro de esa calzada romana dieciséis intrépidos sanbures a los que las amenazas de lluvia no acobardan. En el camino recogemos a una nueva incorporación SanBur en El Burgo, aunque es de Míño. Y en poco más de una hora el autobús nos deja en Barahona. Es una mañana en donde las nubes escupen algo del agua residual de la que han descargado durante la noche.
Entre notas, planos, GPSs, y falta de rigurosidad en la planificación, avanzamos a veces por algún sendero, a ratos campo a través, hacia nuestro primer destino en Romanillos. Paseamos tierras propias del general Galib, tierras del área de influencia de Medinaceli, y por las que se curtió Almanzor.
Finalmente, y tras algunas correcciones en la dirección de la marcha, alcanzamos el objetivo. Nos acercamos a la Iglesia de San Miguel, en cuya entrada vemos algunas tumbas ovaladas antropomorfas; y a sus pies decidimos almorzar. Son las 10 y poco de la mañana, pero algunos claretes salen de las mochilas para refrescar los gaznates de los caminantes.
El panadero, mejor dicho, la panadera, se ha acercado a Romanillos cuando acabamos el refrigerio y allí hacemos corro con los lugareños que nos atienden con todo lujo de detalles, y nos llevan hasta la foto de familia del día, al pie de la inscripción que inmortaliza el paso de Ortega y Gasset por Romanillos:
Aldeita naufraga,
en un mar de espigas.
Nos despedimos de Romanillos visitando su fuente romana, camino de Yelo.
Y a la llegada a Yelo, antes de entrar en la población, no podemos evitar evocar a Conquezuela, otro paraje mágico, aunque no tenga brujas, al que el programa de hoy nos impide acudir. Reagrupamos la tropa, pues el ritmo ha sido alto para evitar la amenaza de lluvia, y salimos hacia el destino de la jornada mientras vemos a lo lejos los característicos palomares de Yelo, cuadrados, adornados con cruces en sus tejados, declarados bien de interés cultural y tan distintos de los que tenemos por el suroeste provincial.
Y ya casi sin darnos cuenta recalamos en Miño, donde una nueva pareja ha cogido recientemente el bar y se dispone a dar de comer a la panda de sanbures. Pero antes hay que recordar que estamos en zona donde abundan las necrópolis celtibéricas,
Conquezuela, Miño… lástima que se nos fuese Arturo Dolado, quien regentó en Miño una preciosa tienda de todo, una abacería, donde se acudía de igual modo a tomar un vino o una cerveza que a comprar productos de todo tipo desde alimentación, quincallería, textiles…
A pesar de las diversas fuentes y pozos que jalonan la población, Miño es famoso no por el agua sino porque aquí se descubrió lo que parece que pudo ser la cerveza más antigua del mundo, del 2400aC, así que no podemos evitar celebrar, cerveza en mano, tanto este hecho como el fin de etapa.
Tras la espléndida comida a base de caldo o patatas y bacalao o solomillo, nuestro autobús avisa de que ha pinchado y que llegará un poco más tarde. Ocasión que aprovechamos para unas partidas de cartas, mus y guiñote, que hacen de colofón a otro día de paseo otoñal recordando esta vez nuestro pasado romano, árabe y el más reciente de nuestros paisanos de tierras de Medinaceli.
Eduardo Bas.
20Oct2018
Próxima ruta
Y el 17 de Noviembre, volvemos al Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama... esta vez de la mano de nuestro socio Eduardo Bas y con el Grupo de Montaña "Nalgas Quebradas", que serán nuestros guías y "cicerones". Nos ha preparado una atractiva ruta por el paraje de La Pedriza de unos 13km, con 856m de desnivel de subida y 744m de bajada. La dificultad es media-alta.
Reserva tu plaza ingresando 12€ (bus) en concepto de “pedriza”, antes del martes 13 de noviembre, en nuestra cuenta de Caja EspañaDuero.
Toda la información de la ruta en el siguiente documento: