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domingo, 29 de junio de 2025

Ruta G.R.86 tramo Castro - Caracena

7 de junio de 2025

“Al encuentro con nuestra historia”

Vigésimo aniversario de la fundación de la Asociación Deportiva y Cultural y Club de Montaña ACUDE SanBur. Trigésimo aniversario de su gestación.

Club Deportivo de Montaña SAN-BUR San Esteban de Gormaz y Burgo de Osma

Ruta social de dificultad baja - 15,5km

Caracena es posiblemente la localidad que más veces hemos incluido en nuestras actividades. Siempre mantenemos el dicho de que en Caracena, pueblo y emblemáticos paisajes, nació y se gestó SanBur.

En su bar restaurante, ahora con el muy apropiado nombre de “Nuestra Tierra”, se redactaron los estatutos de la Asociación Deportivo-cultural y Club de Montaña ACUDE SanBur.

Corría el año 2005 y aunque bien es cierto que esa es la fecha en la que SanBur figura inscrita en el Registro de Asociaciones y Clubes de Castilla y León, comenzó a gestarse bastantes años antes… para ello nos tenemos que remontar al año 1992 ¡posiblemente impulsados por la ilusión olímpica!

Los comienzos de Sanbur... primera gran expedición 2006 en el Aneto

Qué mejor ocasión para celebrarlo que volviendo a pisar su Comunidad de Villa y Tierra por sus veredas, cañones, páramos... y por el entramado urbanístico para disfrutar de su impresionante poderío histórico y cultural: puente medieval, iglesias románicas, castillo, rollo, cárcel, hospital…

Para tan magna celebración, programamos una ruta por el Sendero Ibérico Soriano GR-86, a priori fácil en su realización y de marcado carácter “social” y que el día de autos no lo fue tanto ¡como casi siempre! se nos fue un poco de las manos no solo la distancia recorrida sino también la exigencia física. Pero bueno, estamos de celebración y la ocasión la pintan calva.

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Castro, comienzo de nuestra aventura.

Arrancamos con el típico desplazamiento en bus recogiendo a los participantes de nuestras localidades de referencia y ponemos rumbo al pueblo de Castro desde donde iniciaremos la ruta. Como también viene siendo algo habitual en nuestras actividades, nos entretenemos “perdiéndonos” por sus calles contemplando la arquitectura roja de piedra sillar, no solo de su iglesia, sino también de sus casas y cercados. Y por supuesto y como no podría ser de otra manera, ascendemos al “castro” de Castro.

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A las afueras de Castro, escuchando atentamente a Eduardo

Y hete aquí la suerte que tenemos… pues anda madrugado Eduardo, uno de los dos vecinos del pueblo, y se nos ofrece gustosamente en la función de “cicerone” para la visita y sabia explicación en un viaje en el tiempo. Eduardo, maestro jubilado que ejerció su docencia por tierras de astures y en su merecido descanso se afincó por tierras arévacas hace menos de cinco años, nos trasporta con mucha pasión hasta el siglo V a.C. para realizar un imaginario recorrido hacia la actualidad: celtíberos, romanos, visigodos (ermita del castro), musulmanes, cristianos viejos y no tan viejos… ¡casi nada! Gracias Eduardo, como te hemos prometido… volveremos a contemplar el amanecer y el atardecer desde este privilegiado lugar.

La mañana está muy… muy agradable para la práctica del senderismo. No diremos lo mismo pasadas cuatro horas de marcha. El Sendero Ibérico Soriano promete, puesto que nos encontramos, ya nos ha ocurrido en alguna otra ocasión, con el itinerario a seguir desbrozado en una anchura de más de un metro. Los trabajos de acondicionamiento de la ruta se agradecen, son recientes y aún huele a hierba recién cortada.

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Camino de Valvenedizo, con las piernas frescas y el ańimo intacto

Pisando senda desbrozada y roca rojiza, tan característica de esta zona, nos presentamos en el pueblo de Valvenedizo; en esta ocasión es el sanbur Yosu quien ejerza las funciones de “cicerone”, toda su familia, materna y paterna, nacieron aquí y conservan casas y otras propiedades.

Proseguimos, la mañana avanza y el sol apunta a bravo. Por un paisaje parecido, aunque ahora caminando entre jaras que el sol calienta ofreciéndonos un grato olor, nos presentamos en Losana y ante su imponente iglesia, en la plaza del pueblo, damos buena cuenta de nuestras viandas y caldos que llevamos en la mochila a modo de ligero tentempié. Toca almorzar.

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En Losana... ¡sombra y almuerzo!

La salida de Losana nos despista: llegados al cauce del río Caracena, cuyas aguas nosotros debemos seguir hasta toparnos con el homónimo pueblo, nos encontramos con indicaciones, hitos y tablillas por la margen derecha del río (siempre teniendo en cuenta la dirección del agua) y curiosamente por su margen izquierda vemos una senda igualmente desbrozada. Toca cruzar el cauce a la brava pudiendo haberlo hecho cómodamente por el puente de Losana. Así son las cosas… unas veces nos despistan las señales, otras los sistemas de orientación, convencionales o digitales y otras... nosotros.

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Entre Losana y Tarancueña, cruzando el río Caracena.

El sol aprieta ya. Llegamos a Tarancueña, el rigor del día ha provocado el distanciamiento del grupo, reagrupamos y nos disponemos a serpentear por el famoso cañón. En este punto y ante el abundante caudal que lleva el rio, realizamos una consulta democrática ¡craso error! de modificación de nuestro itinerario. Las propuestas son continuar por la vereda o subir al páramo y de esta forma evitar el continuo vadeo del cauce. Posiblemente la consulta es un fiel reflejo de la situación de crispación que nos provocan nuestros políticos puesto que la decisión democrática fue por amplia mayoría... subir al páramo, no así el resultado: unos, el gran grupo, ascensión por el páramo; otros, cuatro, a media ladera; y otros, tres, por el cauce. Si fuese el capítulo de una serie televisiva lo podríamos titular “De como el ejército de Pancho Villa cabalga por los páramos rezando el rosario de la aurora”.

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Subiendo trabajosamente al páramo, por causas de fuerza mayor

La ascensión al páramo, la verdad que aquí la ruta dejo de ser social, fue muy exigente, pero mereció la pena. Creíamos que teníamos pateada y requetepateada la comarca de Caracena, pues no… llegar al pueblo desde lo alto del páramo oriental y contemplar hacia poniente la línea del cielo, skyline, con su castillo, iglesias, caserío y puente medieval… ese momento no tiene precio. Esas vistas aún no las teníamos guardadas en la retina, ahora ya… sí.

Callejeamos por Caracena. Contentos, exultantes y pletóricos nos disponemos a disfrutar de un buen yantar, con licencia previa para unas cervecitas u otros refrigerios, en el Bar Restaurante “Nuestra Tierra” cuyas paredes guardan el recuerdo del nacimiento de la Asociación Cultural Deportivo Ecologista “SanBur” de San Esteban de Gormaz y Burgo de Osma.

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Fin de la ruta enbCaracena ¡Ha sido un gran día!

Es momento de celebración. Los cinco miembros de la familia Pacheco Landero, arrascapostes adoptivos, nos tienen preparados unos manjares ¡como ya estamos acostumbrados! que provocan la delicia del paladar, embriagando los sentidos y rayando con el pecado.

¡Recuerdos, risas, cánticos y… un brindis por el artículo 5º de los estatutos de SanBur!!!

¡Gracias Caracena… volveremos!!!

¡Salud y montaña!!!

Fdo.: El Capitán.

sábado, 11 de noviembre de 2023

XV Ovochorizada Ines 2023

4 de noviembre de 2023

Recordemos... ¿Qué es una ovochorizada?: Dícese de la degustación gastronómica de huevos y chorizo restaurados en alegre fritanga

Arrancamos de forma tardía el curso montañero 2023-2024... y lo hacemos con la tradicional ovochorizada, ¡ya en su decimoquinta edición! Como siempre es la ruta inmejorable para dar comienzo a nuestro inicio de temporada.

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XIV Ovochorizada en Pedraja de San Esteban.

Tras el buen sabor de boca de la edición catorce en Pedraja de San Esteban, no nos vamos muy lejos y nos dirigimos esta vez al cercano pueblo de Ines, conocido por sus bodegas y por ser paso de la otrora importante ruta de la Lana. Es esta una de una de las últimas visitas a las pedanías o barrios del "alfoz" sanestebeño con ocasión de nuestro particular proyecto gastro-ovo-porcino-cultural.

Quintanilla de Tres Barrios en 2007, Aldea, Rejas de San Esteban, Olmillos, Villálvaro, Morcuera, Torraño, Peñalba, Soto de San Esteban, Torremocha de Ayllón, Piquera, Quintanas Rubias de Arriba, Velilla de San Esteban, Pedraja de San Esteban y ahora Ines, bien entrado el otoño de 2023.

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Saliendo con buen ánimo de Carrascosa de Abajo.

Esta vez recorremos una ruta no muy exigente, de apenas 14 kilómetros, desde Carrascosa de Abajo a Ines por los montes al oeste del río Caracena, al sur de la provincia de Soria. La mayor parte del recorrido es muy llevadero, aunque algún tramo en el páramo pasado Fresno de Caracena se nos hizo algo pesado.

Incluso nuestra mayor preocupación, el tiempo, nos fue propicio y no nos "agua la fiesta": cayeron apenas cuatro gotas a pesar de la previsión de lluvias para el sábado. El viento sopló con fuerza durante toda la jornada, eso sí.

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Por los montes de Carrascosa.

El recorrido en sí no plantea mayor dificultad que el no perderse entre las numerosas pistas y caminos de concentración que cruzan aquellos montes. No obstante -y es algo áltamente recomendable- llevamos el recorrido bien estudiado y cargado en nuestros dispositivos GPS, por lo que no hubo titubeos en ningún momento.

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Recorriendo el páramo soriano... por anchas pistas nos movemos.

A las 11 de la mañana, junto a un pequeño pinar que cruza el camino nos instalamos a dar cuenta del almuerzo, que alargamos más que de costumbre, pues íbamos bastante bien de tiempo. Algo antes de las 12 reanudamos nuestra marcha en dirección noroeste, evitando el asfalto, sin hacer más paradas pero a paso tranquilo.

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Enfilando ya a Ines... y recogiendo setas por el camino.

Y poco después de las 12 y media llegamos sin más percance a Ines. Nos presentamos en el pueblo bastante antes de la hora acordada, pues la "fiesta" aún no estaba montada. Había pues que matar el tiempo esperando a la cuadrilla encargada de la logística para el convite, encabezada por nuestro ilustre secretario Jarri. Mientras unos se dedican a descansar de la caminata y charlar despreocupadamente, otros nos acercamos a visitar el particular jardín que ha cultivado el vecino Carlos Aranda, proyecto personal al que ha dedicado varios años. El rincón está cuidadosamente decorado con curiosas esculturas y una selección de sus poemas, Carlos nos cuenta que allí es donde ofrece unas catas de vino como final del "tour" guiado que organiza por bodegas y viñas.

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El huerto de Carlos Aranda en Ines.

Terminada la visita nos vamos a acondicionar el lugar elegido para celebrar la ovochorizada: el centro social, caserón de generoso tamaño que es sede de la Asociación Cultural Villa de Ines, y que nos viene que no pintado para nuestros intereses, dado que afuera el día acaba por estropearse, trayendo de nuevo lluvia y frío.

Movemos mesas y sillas aquí y allá, buscando acomodar a los más de 30 comensales presentes y diligentemente el dúo de cocineras Elvira y Pili y habituales ayudantes montan una improvisada cocina y empiezan a desfilar las bandejas de huevos y chorizo.

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Qué haríamos sin nuestras cocineras!

Degustamos además un delicioso revuelto de setas, que hemos ido recogiendo a lo largo del camino, que estaba "sembrado" de ellas aquí y allá.

La comida transcurre de manera relajada, con la camadería y buen humor habitual de estas ocasiones... tal como ha sido el resto del día. Y como siempre agradecemos a las gentes de Ines el habernos acogido y acompañado para la ocasión.

Y algo después de las 5 de la tarde damos por terminada la fiesta y recogemos todo dejando el local tan bien -al menos- como nos lo habíamos encontrado. No es lo habitual, pero acabamos más pronto que en otras ocasiones. Así que nos tocó esperar unos minutos a que llegara Belén con el autobus que nos llevara de vuelta a casa.

¡Ovochorizada completada con éxito, otra más para la saca! Va llegando el proyecto a su conclusión, ¡15 años después!

Ya nos quedan pocas localidades por visitar: aún nos esperan por las Quintanas Rubias de Abajo, Atauta, Matanza de Soria... y el colofón a todos estos años de ovochorizadas que será en San Esteban de Gormaz...

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El Castillo de Gormaz se nos ilumina al fondo, a nuestro paso.

Pero de esto hablaremos dentro de un año. Mientras tanto ya vamos calentando motores para nuestra siguiente aventura, esta vez en la provincia de Guadalajara, para visitar la cuenca alta del río Jarama. Será a finales de este mes de noviembre, mientras tanto...

¡Salud y montaña!

D Alonso

domingo, 23 de octubre de 2022

XIV Ovochorizada en Pedraja de San Esteban

15 de octubre de 2022

Un piedra en el camino,
me enseñó que mi destino,
era rodar y rodar...

XIII Ovochorizada en Velilla de San Esteban. Pasada por agua.

Sábado 15 de octubre, es todavía noche cerrada cuando nos vamos reuniendo para la primera cita senderista del curso montañero 2022, la prestigiosa actividad deportivo-social-cultural-culinaria conocida como ovochorizada, que avanza a su edición número 14.

Quintanilla de Tres Barrios en 2007, Aldea, Rejas de San Esteban, Olmillos, Villálvaro, Morcuera, Torraño, Peñalba, Soto de San Esteban, Torremocha de Ayllón, Piquera, Quintanas Rubias de Arriba, Velilla de San Esteban en 2019 y por fin, tras el largo parón, Pedraja de San Esteban para este otoño de 2022.

No por mucho madrugar amanece más temprano, pero poco a poco va aclarando y por fin, a eso de las 8 de la mañana partimos en bus cerca de 45 sanbures camino de Vildé, tras recoger en la estación del Burgo a nuestros compañeros burgenses y sorianos. El trayecto en bus se hace un poco largo, pues no llegamos a Vildé desde la carretera de Navapalos, si no que damos un rodeo por la SO-160 en dirección a Recuerda.

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Adentrándonos en el cañón del río Caracena.

No obstante, antes de las 9 ya estamos saliendo de Vildé, pertrechados y abrigados para espantar el relente de la mañana; mochilas a la espalda, vamos a buscar el cañón del río Caracena por un sendero que nos lleva por la margen derecha del río, remontándolo. A los pocos minutos de salir del pueblo caminamos ya encajados entre murallones de piedra a ambos lados del río, bajo la ténue luz de la mañana, aclimatándonos poco a poco al frío otoñal.

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¿Un espejo? La presa de Vildé.

Son las 9:20h cuando llegamos a la presa y embalse de Vildé, donde el agua del Caracena se apacigüa formando un enorme espejo de aguas oscuras y serenas, que reflejan el claro cielo azul de la mañana y los roquedos circundantes; allí nos entretenemos unos minutos deleitándonos con el entorno. Reanudamos la marcha río arriba, trepando por los roquedos para rodear la presa por el alto, mientra disfrutamos al tiempo de las privilegiadas vistas del cañón que nos ofrece ese balcón natural.

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Al oto lado del río la hierba es más verde.

La senda nos lleva poco a poco a encontrarnos de nuevo con el cauce del río y tras unos cientos de metros, llega el incómodo momento de pasar al otro lado. Encontramos un pequeño claro límpio de vegetación donde nos parece más cómodo cruzarlo; mientras la mayoría de nosotros se descalza para pasar el pedregoso lecho, unos pocos prueban el buen sellado de sus botas impermeables.

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Por el páramo.

Avanzamos unos pocos metros más por la orilla opuesta del Caracena, y para nuestro estupor descubrimos un poco más adelante un viejo puentecillo por el que hubierámos podido cruzar cómodamente.

Estamos en el tramo más abierto del cañón y la línea del Caracena hace aquí varias curvas de herradura, siempre bajando desde el sur. Nosotros le decimos adiós girando al oeste y adentrándonos en el páramo. Pateando sendas y atravesando tierras labradas, alcazanzamos por fín un cruce con otro camino más ancho, junto a un pinarcillo; El lugar nos parece adecuado para hacer un descanso y hacemos el habitual parón para disfrutar del almuerzo.

Ya pasan de las 11 cuando reanudamos nuestro camino, siguiendo unos pocos kilómetros en dirección norte por una ancha pista que nos lleva sin pérdida a la carretera que une Vildé con Navapalos (SO-P 4228).

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Navapalos y el "mar" de manzanos al fondo.

Avanzamos rápidamente por la carretera y en una curva de la misma un pequeño mirador nos ofrece una amplia vista del casi infinito mar de manzanos de la explotación de La Rasa, con Navapalos cerca a nuestra derecha. Como vamos bien de tiempo, nos demoramos allí unos munitos observando el panorama, enfrascados a la vez en nuestras recurrentes conversaciones.

Reanudamos perezosamente la marcha y cerca del mediodía, llegamos al pueblo semiabandonado de Navapalos.

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Primer plano de la Noria en Navapalos.

¡Navapalos! peculiar pueblito a la margen izquierda del Duero, que siempre se nos viene a la mente como claro ejemplo de abandono rural -como se dice hoy la España vaciada-, y que intentó salir de su olvido hace unas décadas gracias la Fundación Navapalos, que trató de recuperar su anterior aspecto usando materiales y técnicas autóctonas y tradicionales, en especial barro y adobe... iniciativa que por desgracia, con el paso de los años también fue perdiendo empuje... parece que es inutil luchar contra el destino.

Nada más entrar al pueblo, giramos a la derecha para bajar al arroyo a ver la noria junto al río. Allí junto a un pequeña balsa que recoge las aguas del arroyo, nos llama la atención un curioso mecanismo de bombeo natural, que aprovecha la energía del movimiento de la noria junto a lo que parece una bomba de ariete, para subir el agua del arroyo arriba al pueblo.

Dejamos el curioso sitio y subimos al pueblo donde sorprendemos con nuestra presencia a uno de sus habitantes, un joven que vive en el pueblo junto a otros pocos (creo que son a lo sumo 3 personas las que habitan en Navapalos) Allí le interrogamos unos 5 minutos; amablemente nos comenta que siguen dedicados a las labores de mantenimiento y reconstrucción del pueblo en las horas libres que les permiten sus obligaciones laborales.

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Incontables hileras de manzanos.

Tras una media hora entretenidos en Navapalos damos por terminada la visita y abandonamos el pueblo carretera abajo, dejando su sobresaliente atalaya musulmana a nuestra izquierda. Cruzamos el Duero por el puente de la carretera a la Rasa, para tomar de inmediato la primera pista a nuestra izquierda nada más pasar al otro lado. Acompañamos ahora al padre Duero siguiendo su curso: el río va a nuestra izquierda y la interminable plantación de manzanos a nuestra derecha.

Según vamos avanzando vemos a varias cuadrillas de trabajadores afanados pacientemente en la recolección de manzanas, Algo más adelante otros disfrutan de un merecido descanso tras una dura jornada laboral. En las hileras de árboles sólo se ven manzanas rojas, de la variedad fuji al parecer u otra de maduración tardía.

Vamos avanzando rápidamente pero con clara incomodidad por una pista de zahorra, compuesta de piedras menudas pero irregulares y mal compactadas que nos dificultan el andar. El terreno no está pensado precisamente para caminantes.

Por fin tras hora y media avanzando trabajosamente por la pista, tomamos una pequeña senda por la que entramos a Pedraja de San Esteban. Fin de nuestra caminata.

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¡Ya vamos llegando!

Y como todo el mundo sabe ya a estas alturas, terminanda la caminata procedemos a montar la "bacanal" a base de huevos con chorizo.

Nada más llegar, mientras los unos se lanzan en tropel a refrescar el gaznate con unas -cervezas- fresquitas, los otros nos acercamos al pilón a refrescárnos y estirar los cansados músculos. Mientras, vamos haciendo tiempo a que llegue la cuadrilla encargada de la logística para el convite, encabezada por nuestro ilustre secretario Jarri.

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Le Grand Chef de Pedraja.

Ocurre que este año no contamos con las habituales y hacendosas cocineras Pili y Elvira, y es el propio capitán el que debe ponerse al frente de los "fogones", contando con la diligente ayuda de varios sanbures y las gentes de Pedraja, que como siempre derrochan hospitalidad y se vuelcan con el mismo o más ahíco que nosotros en la actividad.

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Cogiendo moreno al sol del otoño.

Y así como siempre acontece... disfrutamos de un agradable y tranquilo banquete, al sol todavía intenso del otoño. Tras la relajada comida, Sole la alcaldesa de Pedraja nos dedica unas palabras de apoyo y agradecimiento que son correspondidas con un caluroso aplauso; hacemos la foto de familia junto a las afables gentes de Pedraja y vamos "levantando el campamento", tan rápido como lo habíamos montado. Tras despedirnos sin mucha prisa, cogemos nuestras pertenencias con cierta pereza y nos ponemos en movimiento hacia nuestras respectivas localidades; algunos que deciden que ya han caminado suficiente optan por el bus... otros aún se animan a seguir andando por el soto hasta San Esteban.

Y así termina con éxito y buen tiempo una nueva ovochorizada, una jornada larga pero relajada.

Y hasta la proxima que será en el 2023, si no hay acontecimientos apocalípticos u otros percances de por medio. Nos quedan por visitar las localidades de Quintanas Rubias de Abajo, Atauta, Ines, Matanza de Soria y... San Esteban de Gormaz.

¡otra más para el recuerdo!

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XIV Ovochorizada, en Pedraja de San Esteban.

D Alonso

miércoles, 12 de octubre de 2022

Este sábado: XIV Ovochorizada Pedraja de San Esteban

¡Vuelve la ovochorizada!
Sábado 15 de octubre, XIV Ovochorizada Pedraja de San Esteban 2022.

17,5km de caminata desde Vildé hasta Pedraja de San Esteban - DIFICULTAD BAJA

Después del Largo Parón... nos complace volver a organizar la siempre esperada... OVOCHORIZADA SANBUR. San-Bur presenta una atractiva actividad senderista caminando y disfrutando del buen yantar por nuestras localidades pedáneas, dentro de nuestro programa "conoce tus lindes". En su decimocuarta edición esta vez nos desplazaremos a Pedraja de San Esteban.

La salida está programada a las 8:00h desde la estación de autobuses de San Esteban y las 8:10h desde la estación de autobuses del Burgo.

El bus nos llevará a Vildé desde donde iniciaremos la marcha remontando las aguas del río Caracena (presa y cañón) para después ascender por el páramo y buscar las aguas del padre Duero en Navapalos; y ya entre manzanas, lechugas y fresas llegar hasta Pedraja de San Esteban. Visita y… degustación de nuestra tradicional “ovo-chorizada”.

No hace falta recordarlo, pero por si hay algún despistado aclaramos... ¿Qué es una ovochorizada?
OVOCHORIZADA: Dícese de la degustación gastronómica de huevos y chorizo restaurados en alegre fritanga.

Nota: lleva en la mochila algo de almuerzo. ¡Equípate para una actividad de senderismo! ¡Ven y disfruta!

NOTA II: Todo aquel que se apunte a esta sensacional actividad, estará siempre dispuesto a colaborar con los socios responsables durante la elaboración de los suculentos manjares..

Mapa de la ruta (descargable para app Google Maps en smartphone)

Mapa Vildé - Pedraja de San Esteban

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XIII Ovochorizada en Velilla de San Esteban. Pasada por agua.
...y el próximo sábado 5 de Noviembre... travesía otoñal por el Parque Natural de la Tejera Negra: Hayedo y ascensión a los picos Buitrera (2.045 m.) y Parrejón (2.017 m.) 13,1 km de ruta en montaña (programa en elaboración)

miércoles, 13 de abril de 2022

Por el término de Valdeosma.

9 de abril de 2022

Desde Valdealbín a Villálvaro, visitando el torreón de Valdeosma y pasando por el despoblado de Valdegrulla y Berzosa.

Ruta social, 16,5km

Si estás pensando, vaya pereza leer la crónica de la última ruta de Sanbur, ahí va un resumen en 2 palabras:

"¡Había ganas!"

Como decíamos ayer... han pasado nada menos que 840 días desde nuestra última aventura oficial allá en el 2019.

Y las ganas se notaban ciertamente después de tantos meses de parón, con el buen humor y las risas de los convocados bien de mañana en el bus -los 25 sanbures que salimos de San Esteban más 9 que se nos unieron en el Burgo-. En el corto trayecto hasta Valdealbín, nuestro capitán aprovechó como tantas veces para tomar raudo el micrófono y dirigirnos unas palabras. La excusa era contarnos los proyectos inmediatos del club, pero logró sobre todo contagiarnos su entusiasmo.

Nos apeamos en la pequeña aldea de Valdealbín y nos preparamos para la marcha. El cielo estaba encapotado y la mañana algo fresca pero apenas corría el viento, teníamos por delante un magnífico día para caminar.

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Salimos de Valdealbín

Salimos a las 9:20h, y tras cruzasr el río Rejas y la carretera tomamos una senda que nos adentró rápidamente en el monte. En apenas 30 minutos nos presentamos en la torre de Valdeosma, construída en un alto que domina la comarca hacia el oeste. También conocida como torre de la Policarpa, es una edificación de rico pasado. Todo ello nos la contó con detalle nuestro compañero Jesús, "histórico" de Sanbur y voz autorizada en asuntos... históricos.

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Todos atentos a Jesús

El origen del término de Valdeosma (Valle hacia Osma) se remonta al siglo XIII. Sancho IV de Castilla, hijo de Alfonso X el Sabio cedió estas tierras a su mayordomo o administrador, un tal Pedro Sanchez, del que no sabemos si era un tipo bien parecido. Este se dedicó a repoblarlo elevándolo a la categoría de término redondo, lo que le daba varios privilegios: derechos de pastoreo para el ganado, de pesca, de aprovechamientos forestales e incluso jurisdicción propia. La torre aparece ya documentada a mediados del siglo XV. Alvaro de Luna, condestable de Castilla, fue uno de los primeros propietarios de este lugar. Hoy día el término pertenece a los herederos de los 64 vecinos de Sotos del Burgo que lo compraron en 1934 a la viuda de Policarpo Molinero, vecina de Lodares, de ahí que reciba coloquialmente el nombre de torre de la Policarpa.

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El torreón de la Policarpa

El torreón es de planta rectangular y de 3 pisos. La puerta principal es de arco apuntado y las ventanas geminadas (con dos arcos gemelos separados por una columna central o parteluz). El tejado pudo ser en principio aterrazado, con almenas y otros elementos defensivos y la torre originalmente estaba protegida por un muro perimetral. Años más tarde se construyó en la parte posterior una casa anexa ocupada hasta mediados del siglo pasado por el guarda del monte. Encontramos ejemplos de construcciones similares en el castillo de Peñaranda de Duero o en el pueblo de Mazuelo de Muñó.

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¡Foto de grupo!¡Foto de grupo!

Acabada la lección de historia, hicimos la pertinente foto de grupo al pie del torreón y continuamos senda abajo por el monte de Valdeosma. A nuestra derecha quedaba una ermita en ruinas probablemente usada como majada para vacas, que son numerosas por la zona (montones de plastas lo atestiguan). Por si había dudas de la presencia bovina en la zona, al poco nos encontramos con un pequeño rebaño con unas 15 de ellas pastando despreocupadamente.

Más adelante, un pequeño malentendido con el mapa nos llevó en la dirección equivocada pero reaccionamos rápido, girando 90 grados rumbo oeste directos al despoblado de Valdegrulla. Son numerosas las sendas y pistas que se cruzan aquí y allá haciendonos dudar en algún momento. Llegamos sin mayor percance a Valdegrulla a las 10:45h. Era el momento ideal para el almuerzo, y tras explorar brevemente las ruinas alrededor dimos cuenta sin misericordia de las viandas y caldos autóctonos, al pie de los restos de la iglesia. Mientras tanto el día se fue aclarando, la temperatura era francamente agradable y el viento no molestaba en absoluto.

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Despoblado de Valdegrulla. Hora exacta del almuerzo

Eran cerca de las 11:30h y perezosamente volvimos a la marcha adentrándonos de nuevo en la dehesa, entre encinas y tierras de labor. Una cómoda pista nos dirigió a Berzosa, donde llegamos justo a mediodía. Cruzamos el pueblo directos a la iglesia de San Martín de Tours, de obligada visita, con su notable pórtico de siete arcos, de columnas de fuste cuádruple y portada ricamente ornamentada. Está rematada esta última con 7 canecillos que siempre llaman la atención. Se supone que representan los siete pecados capitales y alguna de las tallas podríamos decir que son... demasiado explícitas. Una de las iglesias más notables y mejor conservadas del románico de la zona, sin duda. Nos demoramos un buen rato charlando en grupitos y examinando los detalles de la iglesia berzosina o berzosiana. Y mientras vamos conversando recordamos el origen del nombre de Berzosa: parece ser que le viene por la repoblación del lugar con gentes del Bierzo -berziosa- allá por el siglo XI.

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La portada de San Martín de Tours. Atención a los canecillos

Pero volvamos al presente. A eso de las 12 y media, "bajamos" abandonando el pueblo por el camino de matanza, prestos a buscar la vega del río Madre o Rejas. La idea era cruzarlo para continuar por una senda a la orilla norte del río, pero un cercado nos impidió avanzar y abandonamos el plan enseguida. Así que vuelta al camino de Matanza, que nos llevó casi en línea recta a Villálvaro (es una pista recientemente renovada, con una ancha y bien compactada calzada). Aquí nos encontramos con nuestro compañero Alberto, que salió a nuestro encuentro desde Villálvaro para acompañarnos los últimos kilómetros de la ruta.

En apenas 30 minutos giramos a la derecha cruzando el río y el soto, donde nos llamaron la atención un grupo de fresnos podados quizá con demasiado esmero. Según nos contó Ángel, es un entorno de singular valor ecológico o "arborístico", con buenos ejemplares de fresnos, sauces y álamos blancos concentrados allí. Seguimos nuestro camino y subimos atravesando los campos de viñedos, ya en las inmediaciones de Villálvaro. Pasaba ya la 1 y media de la tarde y entramos en el pueblo por el este, por la zona de las naves.

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Fresnos "pelaos" en el soto de Villálvaro

Depués de tantas horas íbamos ya con el pensamiento de quitarnos las botas, relajarnos, refrescarnos y remojar el gaznate con un puñado de fresquitas (aguas y cervecitas, más de estas que de aquellas). Que nos perdone el "postol" Pedro, pues está vez no nos cuadra hacerle una visita.

Nuestra socia Maricruz que sacrificó la ruta para atendernos en el bar de Villálvaro, se afanaba tras la barra presta a servirnos las consumiciones que sin descanso le demandabamos. ¡Qué nadie se quede con sed!. Tras el terraceo - cerveceo de turno acondicionamos unas mesas y unos dentro del bar, otros fuera en la terraza, comimos, bebimos, disfrutamos del postre con el que amablemente nos obsequia Maricruz y tras cafeses y licores como es costumbre cantamos hasta desfallecer. Bueno, quizá no tanto, pero como suele ocurrir nos vinimos "arriba" con los cánticos sin que nos amedrentara el hecho de desafinar o no sabernos del todo la letra.

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Y de postre... ¡guindillas!

Y tras saciarnos de naturaleza, manjares, caldos y cantares pusimos fin a la aventura: recogimos sin prisa nuestros bultos y regresamos de nuevo en bus a nuestras localidades de origen, cansados pero satisfechos.

Magnífica jornada y vuelta a nuestras "obligaciones" con el club. Como diría Vidal, prueba superada con nota.

Sin duda, había ganas.

David Alonso

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¡EL REGRESO DE SANBUR!

viernes, 1 de abril de 2022

Volvemos a las andadas

840 días después (se dice pronto)... ¡Arrancamos!

Próximas actividades:

Sábado 9 de abril, ruta social Valdealbín - Villálvaro.

Caminata de 15,4km y DIFICULTAD BAJA

Por fin... de nuevo, y dentro de nuestro educativo programa “conoce tus lindes”, San-Bur presenta una atractiva actividad senderista caminando y disfrutando por nuestras localidades más próximas... ¡una auténtica ruta san-bur!!!

Gustamos de relacionar las salidas al campo con nuestro patrimonio histórico y cultural: en esta ocasión disfrutaremos del curioso torreón de la Policarpa en las proximidades de Valdealbín, el enigmático despoblado de Valdegrulla, las siempre instructivas imágenes del románico de Berzosa, dehesas y sotos en las veredas del río Rejas y de un completo paseo por Villávaro. ¡Vamos allá!!!

Más información en el siguiente PDF:

Reserva tu plaza ingresando 8€ en concepto de “Ruta regreso”, antes del miércoles 6 de abril, en la cuenta de Unicaja Banco del club.

La salida está programada a las 8:30h desde la estación de autobuses de San Esteban y las 8:40h desde la estación de autobuses del Burgo.

Nota importante: lleva en la mochila almuerzo y comida (en el bar disponemos de bebidas y de un suculento postre preparado por MariCruz).

Es hora de desentumecer y estirar las piernas, ¡Equípate para una actividad de senderismo! ¡Ven y disfruta!

...y en Semana Santa, el sábado 15 de abril, tradicional Quedada Popular.

Después de 3 años de parón, el día de Viernes Santo volveremos a disfrutar de una nueva edición de nuestra QUEDADA POPULAR.

Desde el Burgo de Osma a San Esteban de Gormaz, andando o corriendo, tú decides… pero con muchísimos cambios con respeto a las últimas ediciones…

¡volvemos al origen de la QUEDADA!!!

NOTA IMPORTANTE: NO DISPONEMOS DE AUTOBUSES PARA LOS DESPLAZAMIENTOS NI DE ÁGAPE DE CELEBRACIÓN. Nos tenemos que coordinar a nivel particular para ir de una localidad a otra, tanto para iniciar la prueba como una vez finalizada ir a por nuestros vehículos.

miércoles, 20 de noviembre de 2019

XIII Ovochorizada en Velilla de San Esteban

19 de noviembre de 2019

Que llueva, que llueva
La Virgen de la Cueva...

Pues se cumplieron los pronósticos. Los pronósticos meteorológicos me refiero. Los augures del tiempo no se equivocaron ni un ápice: predicaban lluvia para el domingo y damos fe de ello, no paró de llover un solo minuto en toda la jornada. Todo para "alegría" de los 24 sanbures que desde Bocigas de Perales empezamos la ruta de la XIII Ovochorizada. Gajes del oficio como se suele decir, a lo que nosotros añadimos el clásico: al monte hasta con buen tiempo.

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Pero al mal tiempo buena cara -resiliencia lo llaman ahora, aunque nosotros somos más de refranes-. Con buen ánimo nos pertrechamos con los chubasqueros, ponchos y paraguas que previsoramente siempre echamos al macuto y comenzamos la ruta. Antes de abandonar Bocigas vislumbramos dentro del bar a un grupo de cazadores que no parecían tan dispuestos como nosotros a echarse al monte, mientras enormes todoterrenos y perros de caza aburridos esperaban afuera.

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Con este panorama se hace difícil disfrutar de un día de campo, pues vas caminando con el pensamiento de llegar a tu destino y deshacerte de la ropa mojada y la humedad, que siempre te cala los huesos por mucho goretex que quieras llevar. Se entiende entonces que hicieramos los 13.2km que separan Bocigas de Perales de Velilla de San Esteban en poco más de 2 horas y media (sin contar paradas). Salimos a una media de 5km a la hora, bastante más deprisa que de costumbre.

Caminamos siempre por pistas en general bien conservadas aunque con bastante barro en numerosos tramos. No estaba la cosa para muchas aventuras, pero íbamos bien guíados en todo momento por Miguel Ángel, que se conoce la zona al dedillo y Alberto, que en ausencia del capitán es el sanbur de más alta graduación.

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Llevabamos un buen rato pensando en el almuerzo cuando a eso de las 11 de la mañana nos presentamos en Alcozar. En los soportales de la plaza, mientras echábamos un bocado y nos resguardábamos de la insistente lluvia coincidimos con Ángel, el alcalde del pueblo -o más bien representante del alcalde de Langa de Duero- A pesar de su insistencia rehusamos amablemente la invitación de ver el interesante museo etnológico/casa rural. No parecía muy adecuado entrar con las botas hasta arriba de barro, además íbamos ya con prisas por llegar a Velilla. No obstante hicimos una rápida visita al lagar grande, restaurado en 2011. Prometemos volver con más tiempo en mejor ocasión.

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Recogimos nuestros enseres y continuamos camino. Saliendo de Alcozar la lluvia seguía cebándose con nosotros y se hizo aún más intensa, lo que nos obligó a apretar el paso. Afortunadeamente Velilla estaba a escasos 4 kilómetros.

Y 40 minutos después, algo antes de la 1 del mediodía por fin entramos en Velilla. Fuimos llegando algo desperdigados, buscando de inmediato refugio en el bar del pueblo. Con gran alivio nos cambiamos calzado y ropas mojadas, aprovechando para relajarnos y entonar el cuerpo, los unos al calor de una estufa, los otros con unas rondas de cervezas.

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Al rato se montó rápidamente una improvisada cocina en una nave que amablemente nos cedieron. Elvira y Pili se pusieron una vez más al frente de los fogones asistidas por los habituales Blas, Jarri, Tachen, Agus y Alberto. Las humeantes bandejas de huevos y chorizo salían a buen ritmo de la cocina para disfrute de los comensales instalados en el bar, 26 hambrientos sanbures (los 24 de inicio y 2 más que se unieron en Velilla) y 4 mujeres del pueblo que tuvieron a bien acompañarnos. Entre ellas estaba Vicenta, para quien es obligado tener unas palabras de agradecimiento: ella sola se las apañó para atender con paciencia y diligencia a la marabunta de sanbures que nos agolpábamos en la barra del bar de Velilla, tarea nada sencilla. ¡Y por si fuera poco tras la comida aún nos obsequió con unos deliciosos bollos de nata de postre!

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Se cumplieron los (malos) pronósticos meteorológicos pero también nuestros objetivos: disfrutar, a pesar del mal tiempo, de un día de senderismo y de unos "humildes" pero estupendos huevos con chorizo, y lo que es más importante siempre en compañía inmejorable, entre sanbures y las buenas gentes de Velilla.

Otra ovochorizda para el recuerdo, como no podía ser de otro modo. Ya solo nos quedan 6 pueblos por visitar: Quintanas Rubias de Abajo, Atauta, Ines, Matanza de Soria, Pedraja de San Esteban y... San Esteban de Gormaz. A partir del año próximo probablemente se convierta en la ruta que estrene el curso montañero.

jueves, 28 de marzo de 2019

Por la sierra de Costalago hasta La Torca

23 de marzo de 2019

“¡Primavera soriana, primavera
humilde como el sueño de un bendito,
de un pobre caminante que durmiera
de cansancio en un páramo infinito!

(A. Machado).

Estrenamos la reciente entrada primavera con una excursión por la parte menos conocida del Parque Natural del Cañón del Río Lobos, para lo que nos vamos hasta la burgalesa localidad de Navas del Pinar. Somos casi una treintena de sanbures los que hemos madrugado esta vez para completar el autobús que ha partido de El Burgo y que nos deja a la entrada de dicho pueblo, pues pretendemos atacar el parque natural por su punto más al norte y más occidental: el Pico de Nava o Pico Navas.

Y, efectivamente, de mañana y como primera tarea, nos enfrentamos sin mayores contemplaciones a la subida inmisericorde hasta este hito de la Sierra de Costalago o Sierra de Hontoria.

Tras un pequeño y ascendente paseo en el que dejamos a la derecha los restos de las canteras de caolín que dan un contraste peculiar y original de color al paisaje, nos enfrentamos con unos 200 metros de desnivel, casi verticales, que justifican el resuello en cuanto alcanzamos la cruz, que luce desde 1.929 ésta atalaya natural. La vista desde allí es espectacular, en día claro como el que tenemos hoy se distinguen los pueblos de los alrededores y hasta divisamos el san Millán, que será nuestro próximo objetivo dentro de unos días. Nos recreamos con la contemplación, ahora sí, y cautivados por la sensacional panorámica, aprovechamos para hacer una foto de familia.

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Y desde la cruz se ve, un poco separado, unos pocos metros más al este, el vértice geodésico que da fe de los 1.352 metros de altura en los que estamos. Iniciamos desde aquí un sugestivo paseo hacia el sur, cresteando la sierra de Costalago hasta alcanzar la elevación secundaria Cabeza el Aro, donde decidimos hacer la parada del almuerzo. Allí, en el suelo de una pequeña pradera, salen las viandas y los caldos en procesión en este día placentero de marzo, sin una nube y con unas temperaturas que nos recuerdan aquello de que cuando marzo mayea… ya veremos a ver si se cumple la segunda parte del refrán y en mayo nos marcea, aunque las temperaturas actuales no hacen barruntar nada bueno.

De repente nuestro capitán se da cuenta que el relajo es excesivo y que tenemos todavía mucha etapa que cubrir, por lo que da orden de imprimir ritmo a la marcha si no queremos desesperar a Evaristo que, con seguridad, estará ya con los preparativos previos, allá por Fuencaliente.

Seguimos por tanto disfrutando, desde lo alto, del valle de Costalago, que vamos dejando a la derecha, y que adquiere su máximo esplendor desde el conocido mirador, situado en un lugar privilegiado. Un cartel, algo desgastado por el tiempo, nos recuerda que por estos parajes, limítrofes entre Burgos y Soria, se movió como pez en el agua el Cura Merino, Jerónimo Merino, ese cura que se hizo guerrillero al ver lo mal que se comportaban los franceses durante la guerra de la Independencia con los habitantes del lugar.

Bajamos pues hacia el valle, donde en bucólica y envidiable estampa, sestean una veintena de vacas, y lo hacemos en busca del burgalés arroyo Mimbre que dejará sus aguas en el soriano río Pilde, haciéndonos así que cambiemos de provincia.

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Con las aguas del Pilde como guía llegamos a la carretera que, proveniente de Espejón y Espeja de San Marcelino, une Orillares con Muñecas y, como él, la cruzamos para, campo a través, llegarnos hasta el corto pero precioso cañon del Pilde con sus caprichosas y bonitas formas. Otra más de las pequeñas joyas de la jornada.

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Continuamos por el Pilde en busca del Convento de los Jerónimos de Guijosa, que dejaremos a la derecha, mientras vamos comentado la importancia que tuvo esta orden y sus “luchas” con la orden de los carmelitas, impulsada nada más y nada menos que por Santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz. Y, a propósito de carmelitas y jerónimos, nos viene a las mientes Samaniego cuando nos contaba aquello de:

Con un robusto fraile carmelita
se confesaba un día una mocita
diciendo: -Yo me acuso, padre mío,
de que con lujurioso desvarío
he profanado el sexto mandamiento
estando con un fraile amancebada,
pero ya de mi culpa me arrepiento
y espero verme de ella perdonada.

-¡Válgame Dios!, el confesor responde,
encendido de cólera. ¿Hasta dónde
ha de llegar el vicio en las mujeres,
pues sacrílegos son ya sus placeres?
Si con algún seglar trato tuviera,
no tanta culpa fuera,
mas con un religioso... Diga, hermana:
¿qué encuentra en él su condición liviana?

La moza respondiole compungida:­
-Padre, hombre alguno no hallaré en vida
que tenga tal potencia:
sepa Su Reverencia
que mi fraile, después que me ha montado
trece veces al día, aún queda armado.

-¡Sopla!, dijo admirado el carmelita.
¡Buen provecho, hermanita!
De tal poder es propio tal desorden;
de once... sí... ya los tiene nuestra orden
cuando alguno se esfuerza...
¡pero, trece! ... Jerónimo es por fuerza.

Con estos versos y las reflexiones acerca de lo excesivo y exagerado del actual lenguaje inclusivo o no sexista, nos aproximamos a otra carretera que cruzar, esta vez la que une Guijosa con Muñecas.

A partir de ahí sólo nos queda encarar el último hito importante de la jornada, La Torca de Fuencaliente.

Aunque el objetivo está ya cerca, el camino poco o nada definido y el cansancio de los kilómetros que llevamos recorridos se hacen notar, y alguno requiere parada de recuperación para poder continuar. Al final nos reponemos y con más intuición que acierto damos con la sima objeto de mil leyendas y chascarrillos, pues esta apertura de la tierra con los 25 metros aproximadamente de diámetro de su boca y sus 100 metros de profundidad no visible, ha dado lugar a todo tipo de comentarios: que si las guerrillas atraían hasta aquí a las tropas francesas para arrojarlas a su fondo, que si los árabes lanzados a sus entrañas salían en África, que si la amante de Almanzor fue precipitada a la Torca… lo cierto y verdad es que se trata de un paraje de vista obligada que emociona e impresiona a partes iguales.

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Evaristo, que se ha acercado hasta aquí con el coche, se lleva a un par de sanbures hasta Fuencaliente, mientras el resto nos dirigimos ya al final de etapa con la satisfacción de haber transitado unos hitos, mitad burgaleses, mitad sorianos, pero de gran de belleza y sencillez.

En Fuencaliente, como se suponía, Evaristo Lapoza nos recibe con todo preparado y perfectamente en orden. No obstante, y para que no estorbemos nos manda al bar a por la cerveza reparadora, mientras él y su familia se encargan de la logística.

Una maravillosa comida al aire libre, en un día primaveral perfecto, en el frontón del pueblo de Fuencaliente del Burgo, sirven de marco inmejorable para la distendida charla, entre chuletas, pancetas y chorizos a la brasa, entrañablemente preparados por esta familia indisolublemente unida a este equipo sanbur.

Y tras la manduca, alguna partida de cartas, y Evaristo en su papel de avezado educador nos enseña su casa, así como su colección de enseres y bártulos propios de un tiempo ya pasado, aunque cercano para algunos de nosotros. Incluso nos muestra los devastadores efectos del ciclón que visitó Fuencaliente no ha mucho, junto con sus jugueteos con el arte de la poda.

Gracias Evaristo por tu generosidad y por este día imborrable que tanto tú como Ana Mari y Marce nos habéis regalado.

Eduardo Bas.
23Marzo2019