“Al encuentro con nuestra cultura, tradiciones y costumbres”
Club Deportivo de Montaña SAN-BUR San Esteban de Gormaz y Burgo de Osma
Ruta social de dificultad baja – 13,1 km
Por motivos ajenos a nuestra voluntad (celebraciones varias, eventos ineludibles y otros compromisos), arrancamos el presente curso montañero 2025/2026 con cierto retraso en la programación de actividades. Y será el 1 de noviembre, día de Todos los Santos, la fecha fijada para la primera ruta senderista y como no podía ser de otra manera la hemos titulado: Ruta de la Ánimas.
Ya sabéis que nos gusta relacionar nuestras actividades con todo tipo de acontecimientos culturales que se celebran en nuestras comarcas y provincia... pues bien, con la presente ruta, pateando por lugares emblemáticos que aparecen en la leyenda “El Monte de la Ánimas” de Gustavo Adolfo Bécquer, pretendemos recordar la obra del escritor romántico y a su vez aportar nuestro granito de arena en apoyo a la declaración de la Fiesta de la Ánimas de Soria como Bien de Interés Turístico Nacional.
Para iniciar la jornada y en coordinación con miembros del Club de Montaña Kantueso, ¡enormes Jorge y Juli como cicerones, guías turísticos y sherpas!!!, emplazamos tanto a sanbures como kantuesos junto a las ruinas de la iglesia románica de San Nicolás. En un ambiente muy becqueriano, niebla rasgada y cielo “panza burra” encapotado y amenazante, nos empapamos de historia y de arte: Alfonso VIII, Leonor de Plantágenet, santo Thomas Becket, piedras románicas desubicadas y ubicadas en lugares próximos…
Iniciamos la andada por los últimos metros del casco urbano de la ciudad de Soria para, cruzando el río Duero por su viejo puente, recordar al poeta Gustavo Adolfo Bécquer junto a su estatua y comentar su vida y obra por tierras sorianas. Sobre todo, sus leyendas y ante todo su leyenda “El monte de las ánimas” que hoy recordamos con nuestra ruta senderista.
Proseguimos y con un ambiente distendido llegamos a la recreación del “cementerio templario” para recordar y repasar, en esta ocasión, la historia de la famosa batalla acaecida entre caballeros templarios y nobles de Soria. Y hete aquí que va a caer el primer mito: nunca hubo tal batalla puesto que no hay constancia de la presencia de la Orden del Temple en la ciudad de Soria. Juli se irá encargando de que, a lo largo de la mañana, sigan cayendo más mitos del imaginario popular de estas tierras.
Realizamos un amplio recorrido en forma de gran bucle por la zona boscosa del Monte de la Ánimas y nos topamos con un extenso calvero donde estimamos conveniente detenernos. El lugar y el ambiente son apropiados para la lectura de fragmentos de la leyenda que narra la trágica historia, ocurrida tal día como hoy hace más de ochocientos años, de los enamorados Beatriz y Alonso. Juli, con su voz melosa y melodiosa nos vuelve a transportar al medievo.
Proseguimos la andada envueltos en ese halo de misterio decimonónico que hemos logrado crear, halo romántico que se desvanece ante comentarios que se oyen por la retaguardia del grupo:
• ¿Qué… no almorzamos?
Y efectivamente va siendo hora de almorzar, pero será prácticamente en lo alto de la sierra, al abrigo de unas tupidas carrascas y junto a una pequeña y destartalad majada. Y tranquilos porque hemos recuperado el ambiente becqueriano… niebla cerrada y lluvia “meona” que nos incomoda nuestro momento de asueto culinario.
Después de un buen almuerzo al estilo SanBur, alimentos sólidos de la tierra regados con vino de nuestra ribera, las cosas se ven de otra manera. Coronamos el alto y ya solo queda descender la sierra buscando lugares pintorescos donde recrearnos con las sensacionales vistas: en las proximidades… las caprichosas revueltas del río Duero, más alejada… la ciudad y en lontananza…, si el ventarrón levanta las nubes, el mítico pico Frentes y su homónima sierra.
En la bajada toca extremar las precauciones para evitar incomodos resbalones puesto que la roca está mojada.
Visto y no visto… llegamos a la ermita de San Saturio, archiconocida sí… pero decidimos visitarla como guinda cultural a nuestra actividad.
Ya solo resta cruzar la pasarela del Duero junto a la ermita y dirigirnos prestos, puesto que llega la hora de comer, al restaurante Oasis donde, a buen seguro, Manolo y en este día de ánimas nos “resucitará” con el cocido que nos ha preparado.
¡Damos fe de ello!!!
Sobremesa de tertulia con alguna intentona cantarina y… otra para el recuerdo.
¡Salud, monte y leyendas!!!
Fdo.: El capitán.









